Como coach personal y ejecutivo, he tenido la oportunidad de ver de cerca cómo la inteligencia emocional juega un papel crucial en nuestra vida cotidiana, tanto en nuestro trabajo como en nuestra vida personal.
¿Alguna vez has tomado una decisión impulsiva sólo para arrepentirte más tarde? ¿O te has quedado paralizado por el miedo a lo desconocido en lugar de tomar una decisión valiente?
Estos son sólo dos ejemplos de cómo nuestras emociones pueden afectar negativamente nuestras decisiones. La buena noticia es que la inteligencia emocional puede ayudarnos a encontrar un equilibrio entre nuestras emociones y razón, permitiéndonos tomar decisiones más informadas y efectivas. En este post, exploraremos cómo la inteligencia emocional puede ser una herramienta poderosa en la vida cotidiana.
Una historia real
Uno de mis clientes, llamémoslo Juan, solía tomar decisiones impulsivas y basadas en sus emociones. Y como él me decía, a menudo, esto resultaba en decisiones que no eran lo mejor para él, ni su entorno y que lo dejaban insatisfecho con los resultados obtenidos.
La última de sus decisiones fue, que su jefe le ofreció un importante ascenso con un salario mucho mayor, pero con horarios más exigentes y una carga de trabajo mucho mayor. Juan estaba emocionado por la oportunidad, pero también estaba preocupado por cómo afectaría su vida personal. Sin embargo, en lugar de tomarse un tiempo para evaluar sus verdaderas necesidades y deseos, se dejó llevar por sus emociones y aceptó el ascenso de inmediato.
Poco tiempo después, se dio cuenta de que había tomado una decisión apresurada y que la nueva posición no era lo que esperaba. Se sintió abrumado por la cantidad de trabajo y descuidó su vida personal, lo que le llevo a problemas con su pareja que llegaron a convertirse incluso en afecciones a su salud física y emocional. Lo que en principio había parecido algo maravilloso se convirtió en sufrimiento e infelicidad.
Cómo la inteligencia emocional le ayudo en su situación
Esta experiencia es un ejemplo perfecto de cómo las emociones no gestionadas adecuadamente pueden afectar negativamente la toma de decisiones.
La inteligencia emocional nos permite reconocer y comprender nuestras emociones y cómo afectan nuestras decisiones, y nos da herramientas para tomar decisiones informadas en lugar de actuar impulsivamente.
El primer paso fue reconocer sus emociones, cuando aparecían e identificándolas para de esta manera ser capaz de gestionarlas.
A través de nuestro trabajo juntos, mi cliente aprendió a utilizar técnicas de inteligencia emocional para gestionar sus emociones y tomar decisiones más informadas. Comenzó a tener una perspectiva más clara y a tomar decisiones más premeditadas en lugar de estar supeditado por sus emociones.
Una de las decisiones más significativas que Juan tomó fue cambiar su estilo de vida para ser más respetuoso con su entorno, y no me refiero al medio ambiente, que también, sino a las personas que le rodeaban, a su pareja, a ciertos amigos y a sus padres.
Antes, él no consideraba las consecuencias de sus acciones en los demás y tomaba decisiones basadas en sus emociones sin pensar en el impacto a largo plazo. Sin embargo, a través de su trabajo conmigo, Juan se dio cuenta de que su estilo de vida tenía un impacto real en su entorno directo y que era importante para él tomar decisiones más conscientes.
A partir de de que Juan comprendió cuales eran su valores, comenzó a tomar decisiones basadas en sus valores y en lo que consideraba importante para su vida y para aquellos con los que quería compartir su vida. Se volvió mucho más ecológico. Entre otras cosas este tipo de decisiones, mejoró su situación con su pareja, que hizo posible que se convirtiera en una relación estable y pilar de su vida personal actual.
Este ejemplo muestra cómo la inteligencia emocional puede ayudarnos a tomar decisiones más conscientes y basadas en nuestros valores. En lugar de dejar que nuestras emociones dicten nuestras acciones, podemos procesar nuestras emociones y tomar decisiones informadas y coherentes con nuestros valores y objetivos a largo plazo.
El poder de la inteligencia emocional en la toma de decisiones diaria
La inteligencia emocional juega un papel fundamental en la toma de decisiones tanto en nuestra vida personal como profesional. Permitiéndonos comprender y manejar nuestras emociones, lo que a su vez nos permite tomar decisiones más objetivas y basadas en nuestras necesidades y valores.
Por ejemplo, imagina que estás considerando aceptar un nuevo trabajo, pero tienes miedo de dejar tu trabajo actual, porque es cómodo y conoces a todos tus compañeros, jefes y clientes. Sin embargo, la nueva oferta es una oportunidad para crecer profesionalmente y aumentar tu salario. Si dejas que el miedo a lo desconocido controle tu decisión, podrías perder la oportunidad de mejorar tu situación laboral.
Por otro lado, si eres capaz de identificar y gestionar tus emociones, podrás considerar tanto tus miedos como tus motivaciones, lo que te permitirá tomar una decisión basada en tus necesidades y objetivos a largo plazo.
La inteligencia emocional te permite ver más allá de tus miedos y limitaciones inmediatas y tomar decisiones que sean realmente importantes para ti.
En este post hemos analizado cómo la falta de inteligencia emocional puede afectar negativamente nuestra toma de decisiones, ya sea por dejarnos llevar por nuestras emociones o por tener miedo a lo desconocido. Sin embargo, también hemos visto cómo es posible aprender a utilizar nuestra inteligencia emocional y tener una perspectiva más clara y de esta forma tomar decisiones más premeditadas.
Por último, es importante recordar que la inteligencia emocional es una habilidad que se puede desarrollar y mejorar con la práctica.
No hay límites en cuanto a cómo puede mejorar nuestra vida y la toma de decisiones. Te invito a poner en práctica estas técnicas y descubrir por tí mismo los beneficios y mejoras que puedes llegar a tener en tu vida diaria.